La aparición de los primeros labores administrativos origina la necesidad de buscar un establecimiento en el que llevarlos a cabo. Los espacios de trabajo han ido evolucionando a lo largo de la historia junto con los constantes cambios sociales, culturales, políticos, económicos y tecnológicos, tanto en sus características como en sus diseños. Todo esto nos hace preguntarnos cómo las oficinas han pasado de un modelo tradicional hasta el modelo actual más prometedor: el coworking.
Lograr un buen nivel de coworking en un entorno que aún está arraigado al método tradicional no siempre es fácil. Los cambios generacionales han dado lugar a nuevas necesidades, y el coworking responde a una necesidad no cubierta hasta ahora, convirtiéndose en una opción al alcance de cualquier empresa que apueste por un método de negocio actual.
Evolución de la forma de trabajar en los últimos años
En el siglo XX el crecimiento del trabajo administrativo se tradujo en un aumento del número de oficinas, lo que supuso que las empresas concentraran sus esfuerzos en la elección de un espacio de trabajo óptimo. Sin embargo, con la entrada del siglo XXI aparece una nueva era de revolución tecnológica y comunicación, dando lugar a la “era de la información y la economía creativa”. Consecuentemente se produce un cambio tanto en la manera de trabajar como en el lugar de trabajo.
En estas dos últimas décadas se han creado distintas clases de oficinas que rompen con lo que se conocía en el siglo anterior gracias a las nuevas tecnologías. Desde entonces, y ante las nuevas necesidades y maneras de percibir los puestos laborales, aparece en el año 2005 el primer espacio coworking, este nuevo modelo de trabajo donde los profesionales alquilan una oficina y conviven durante su jornada laboral con otros empleados de distintas empresas o de otros sectores en un ámbito de colaboración.
Por tanto, hasta hace poco la ubicación de nuestro negocio era un factor muy importante ya que se consideraba que iba a tener una repercusión directa en los resultados de la empresa y, de hecho, así lo era. Además otra decisión importante consistía en valorar si es más conveniente alquilar una oficina o comprarla. La respuesta a estas dos preguntas a veces se hacía realmente complicada, convirtiéndose hasta incluso en un problema, pero en la actualidad ya no tenemos que enfrentarnos a estas dudas gracias al coworking.
Situación actual
La deslocalización del puesto de trabajo no es que sea futuro sino que ya es el presente, y son muchas las empresas que han decidido colaborar y coordinarse con el objetivo de lanzar proyectos al mercado.
Ahora bien, todavía hay quiénes siguen pensando que esta nueva modalidad de negocio es demasiado innovadora o que es innecesaria, especialmente en empresas ya consolidadas. Pero lo cierto es que se equivocan, si tienes la idea de modernizar y renovar tu negocio implantar esta nueva forma de trabajar podría suponer un gran impulso para tu compañía, además de una gran oportunidad de crecimiento y expansión.
Es tan simple como entender que esta transición en la forma de trabajar no supone tan sólo un cambio en el espacio de trabajo, sino una filosofía consecuencia de la flexibilidad ante las nuevas organizaciones empresariales y esa idea de colaboración entre miembros. El fin es aumentar la comodidad y productividad de los empleados, crear sinergias y networks, tanto en grandes como en las pequeñas empresas.
Así que ya sabes, si deseas mejorar la capacidad de innovación o modernización de tu negocio, buscas una expansión y nuevas oportunidades de crecimiento, y quieres aumentar el rendimiento y productividad de tu plantilla ¡APÚNTATE AL CAMBIO!.