El ritmo frenético que se ha impuesto a todos los niveles de vida salpica también incluso a la forma en la que se llevan a cabo los emprendimientos. Tanto es así, que la manera en la que se están lanzando empresas de distintos tamaños ha llevado a que los estudiosos de los procesos de emprendimiento se vean forzados a encontrar vías mediante las cuales el periodo de lanzamiento se acelere. De este modo, se altera el proceso general en el cual primero, se enseña a través de los centros universitarios y, posteriormente, se lleva a cabo una parte práctica en distintas entidades en las que se desarrolla la metodología que hay que seguir para poner en marcha un emprendimiento cuyo proceso suele llevar implícito un paso a paso.
Pero en el contexto en el que nos encontramos actualmente, las personas que han decidido emprender se ven expuestas a diferentes tipos de presión que vienen marcadas por la supervivencia o la necesidad de crecer rápidamente ante un panorama repleto de otros muchos emprendimientos que te empujan a ello. Por esta razón, es necesario encontrar nuevas líneas esquemáticas para los proyectos y, así, dejar de lado ese paso a paso que suele ser lo habitual en el proceso de emprendimiento del que hablábamos antes. De esta forma es como nace el emprendimiento concurrente o simultáneo que rompe con la linealidad del proceso tradicional.
¿En qué consiste el emprendimiento simultáneo?
En el proceso de emprendimiento lineal, es decir, el modelo tradicional, se tiene el pensamiento de que las etapas deben seguir un proceso ordenado, en cadena. Sin embargo, lo que plantea el emprendimiento simultáneo es la integración de etapas paralelas entre sí de modo que, el periodo temporal se reduzca notablemente. Además, las personas que llevan a cabo dicho emprendimiento pueden obtener una visión panorámica e integradora de la totalidad del negocio ya desde la fase en la que el proyecto es todavía una idea.
Adoptando esta perspectiva, es más fácil calibrar los recursos y hacer que los procesos tengan un desarrollo más flexible. Todo ello con el objetivo de que el emprendimiento en cuestión sea de calidad durante todo el proceso que esto conlleva, es decir, desde que se tiene la idea hasta que se materializan las ventas. Y, también, que las diferentes etapas se agilicen y sean más flexibles. Pero para ello, se parte de la idea de que todo el equipo estará formado con las herramientas necesarias sobre el tipo de trabajo que se va realizar, cómo será el proceso y qué tipo de producto se va a desarrollar. Con esto, lo que se quiere conseguir es que las mejoras pertinentes se hagan con la máxima rapidez posible y con los costes mínimos para que el tiempo de lanzamiento disminuya también.
Y, como no podía ser de otra manera, si queremos instaurar este método hay que dejar de lado la manera de trabajar de forma lineal y activar el chip para esta nueva cultura de trabajo basada en la simultaneidad. Este proceso lleva implícito el uso de nuevas tecnologías, la agilización de los tiempos, la optimización de recursos, la complementación de distintos componentes pertenecientes a las diferentes etapas y, por encima de todo, la perspectiva puesta en la satisfacción del propio cliente ya desde la idea base.
Este tipo de emprendimiento simultáneo lo utilizan sobre todo una gran parte de emprendedores conocidos como emprendedores empíricos, es decir, aquellos que se rigen por la experiencia. Y es que este modelo de trabajo posibilita el poder alcanzar altos niveles de competitividad por las oportunidades y la necesidad de innovación constante. Además, la respuesta ante los cambios que vienen de la parte del cliente se reduce considerablemente.
Otro de los factores importantes del emprendimiento simultáneo es la creación de equipos de trabajo con personas preparadas a la par que motivadas y multidisciplinares que, además, sean flexibles en un entorno tan cambiante como el que propicia esta metodología de trabajo.
A modo de conclusión, es importante remarcar que la aplicación del sistema de emprendimiento simultáneo será más prolífica si desde un inicio se alinean todos los objetivos para tener un concepto muy claro del proyecto: todas las fases se desarrollan paralelamente. Y gracias a ello, los tiempos de desarrollo del producto o servicio se agilizan.